DEPRESIÓN EN EL ADULTO MAYOR
Hay algunos factores que pueden hacer que algunas de estas personas puedan caer más fácilmente en depresión. Algunos de ellos son el antecedente de depresión en la familia, enfermedades crónicas que hacen que no tengan una buena salud, historia de abuso de substancias toxicas (p.e el alcohol) y la falta de un buen soporte social o familiar, fallecimiento de un ser querido, etc.
Como las alteraciones de humor, entendido como las alteraciones del estado de ánimo; también encontramos la falta de interés por las cosas así como la capacidad de disfrutar, esto constituye el núcleo central de la depresión, encontramos también el pesimismo, las ideas de culpa, la desesperanza, ideas de suicidio. Los síntomas somáticos como las alteraciones del sueño, como insomnio, pérdida de peso por la falta de apetito, cansancio. Suelen sentir sentimiento de soledad, sensación de pérdida de objetivos, se pueden sentir desmotivados. Los problemas de salud que puedan presentar les generan cierto grado de depresión. La tristeza, fatiga, perdida de interés en hobbies o pasatiempos placenteros, retiro social o aislamiento, perdida del la autoestima (se preocupa por ser una carga, sentimiento de inutilidad, se odia a si mismo).
La depresión en los adultos mayores no siempre se enmarca en los síntomas típicos de la depresión y ahí está precisamente la clave para poder detectarlos y hacer un diagnostico correcto de depresión en el anciano. Situaciones como al perdida de energía, quejas constantes a cerca de su salud, frotarse las manos constantemente, caminar de manera obsesiva en su cuarto, ansiedad, irritabilidad, quejarse de empeoramiento de dolor artritis o dolor de cabeza constantes, problemas de memoria, enlentecimiento de los movimientos, desesperanza, perdida del interés en el cuidado personal (saltarse comidas, olvidar sus medicamentos, descuido de la higiene personal), son realmente síntomas de depresión en el adulto mayor.